"Creo en un universo de posibilidades infinitas, mi misión es ayudarte a liderar tu vida desde el alma, donde habita tu verdad, tu fuerza y tu propósito más profundo."
Fue una ruptura de pareja la que me desgarró por dentro, también de todo lo que creía ser, pero lo que más dolió no fue la pérdida, sino mirar alrededor y darme cuenta de que las personas en las que confiaba… ya no estaban. Algunos se alejaron en silencio. Otros, simplemente, se rieron de mi dolor. Fue en ese momento, en medio del vacío y el desconcierto, que comprendí una verdad profunda: el camino del guerrero comienza en la soledad.
Recuerdo el silencio después del adiós, ese eco que deja lo que ya no vuelve. Fue en ese vacío donde comenzó mi búsqueda. Al principio no sabía qué buscaba… solo sentía un dolor tan profundo que parecía imposible de sostener. Pero algo dentro de mí —una pequeña chispa, una voz suave— me susurró que ese quiebre era también una puerta.
La vida me empujó hacia adentro. Ese fue mi punto de quiebre. Me vi en el espejo sin máscaras, sin certezas, sin compañía… y por primera vez, me encontré conmigo. Con mi alma herida pero dispuesta. Con mi corazón roto, pero curioso. Empezó así una búsqueda que no fue hacia afuera, sino hacia adentro.
Empecé a leer, a meditar, a escribir. Me acerqué al desarrollo personal buscando respuestas, y encontré preguntas más grandes. Me abracé a la espiritualidad no por tener certezas, sino por intuir que hay algo más allá de lo visible, descubrí que dentro de mí había un universo esperando ser recordado. Que las heridas no eran castigos, sino portales. Y que liderar mi vida desde el alma era no solo posible, sino inevitable.
El proceso no fue lineal. Hubo sombras, lágrimas, replanteamientos… pero también descubrimientos. Cada paso me alejaba del personaje que había construido para agradar, y me acercaba más a mi verdad. Empecé a ver la vida con otros ojos: más abiertos, más conscientes, más del alma. Y fue ahí cuando entendí: el dolor no había venido a destruirme, sino a despertarme.
Desde entonces, elegí hacer de este camino mi propósito. Hoy acompaño a otros en sus propios comienzos, porque sé lo que se siente caer… pero también sé lo que se siente volar, cuando eliges sanar. Acompaño a otros a recordar su poder, a reconectar con su esencia, y a liderar su vida no desde el miedo, sino desde el alma
Después de tocar fondo, entendí que nadie iba a venir a salvarme. Así que decidí ser yo quien se salvara. Comencé leyendo todo lo que caía en mis manos: desarrollo personal, espiritualidad, energía, emociones… cada palabra era un espejo, cada libro, una linterna. Pero no quise quedarme solo en la teoría. Empecé a experimentar en carne viva todo lo que aprendía.
Me adentré en la meditación, el poder de la respiración. Descubrí el lenguaje sutil de las emociones y aprendí a escucharlas en lugar de reprimirlas. Me arme con distintas herramientas: desde técnicas energéticas y terapias del alma, hasta metodologías de coaching, liderazgo consciente y sanación emocional. Pero más allá de los nombres, lo que verdaderamente me formó fue la vida misma… y mi voluntad de transformarme una y otra vez.
Me senté en silencio frente a mi ego, y también bailé con mi niño interior. Fui reconstruyendo mi camino, no desde el orgullo, sino desde la humildad de quien sabe que siempre está aprendiendo.
Hoy no enseño desde un pedestal, sino desde la experiencia. Todo lo que comparto, lo he vivido. Todo lo que acompaño, lo he transitado. Ser mentor no fue una meta: fue la consecuencia natural de haber atravesado el fuego y haber encontrado, en las cenizas, mi propósito.
Hoy mi misión es ser un faro para las almas que están atravesando su noche oscura, esas personas que sienten que el suelo se les movió, que el corazón se les rompió en mil pedazos y que ya no saben quiénes son… pero en el fondo, intuyen que hay algo más. Que hay una luz dentro suyo que aún no se ha apagado.
Acompaño a quienes quieran liderar sus vidas, buscadores del alma, personas que sientan que están en crisis o en el camino a un despertar, que están listas para mirar hacia adentro y reconectar con su verdad. No traigo fórmulas mágicas ni caminos fáciles. Lo que ofrezco es presencia, escucha, guía y herramientas que transforman desde lo profundo.
Camino al lado, no adelante. Creo espacios seguros donde puedas soltar las máscaras, abrazar tus heridas y recordar quién eres realmente. Trabajo desde el alma, con todo lo que he integrado: herramientas de autoconocimiento, espiritualidad práctica, energía, emoción y conciencia.
Mi propósito no es enseñarte algo nuevo, sino ayudarte a recordar lo que ya vive en ti. Porque cuando lideras tu vida desde el alma, el universo entero comienza a abrirse a tu paso.
Si estás leyendo esto, no es casualidad. Tienes un Alma de Líder y tu alma ya lo sabía.
Estás lista, estás listo. No para seguir sobreviviendo… sino para comenzar a vivir desde tu verdad.
Creo profundamente que cuando una persona se encuentra con su alma, todo cambia.
Y si hoy estás en ese punto de inflexión, quiero caminar a tu lado.
No porque tengas que ser guiado, sino porque recordar acompañado… es más hermoso.
Este es tu llamado. Este es tu momento. El camino comienza adentro, y comienza ahora.